¿Cómo hay que cuidar la belleza?

Pero si estás deshidratado, el agua se va a otros órganos.

Un truco rápido para saber si tu piel tiene sed: Pellizca el dorso de la mano o el antebrazo. Si la piel no se retrae rápidamente, significa que te estás quedando sin H2O.

Bebe al menos 8 vasos de agua cada día. Si te mantienes hidratada, tu piel brillará y se verá más joven, y es menos probable que se reseque.

¿No te gusta el agua? Las frutas y verduras que naturalmente están cargadas de agua -como los pepinos, la coliflor, los tomates, el pomelo y el apio- son igual de eficaces.

Las personas mayores de 40 años que hacen ejercicio regularmente tienen la piel de las personas de la mitad de su edad, según un estudio de 2014 de la Universidad McMaster de Ontario.

Y lo que es mejor, no hace falta correr maratones ni pasarse la vida en clase de yoga para cosechar las recompensas. Las personas del estudio que se ejercitaron a un ritmo moderado -corrieron o montaron en bicicleta durante media hora dos veces a la semana- también observaron beneficios.

¿La clave? Ser constante. Elige una actividad que te guste (pasear al perro, ir en bicicleta con tus hijos) y márcala en tu calendario.

Sonríe tan a menudo como sea posible. Ninguna cantidad de productos cosméticos puede proporcionarle el tipo de belleza que ofrece una sonrisa genuina y sincera. Así que utiliza esta herramienta natural para potenciar tu belleza.

Cuando estás estresado, el cortisol -ese familiar enemigo- sube, haciendo un número en el colágeno y causando piel seca y arrugas. No es de extrañar que los hombres en un estudio de 2013 publicado en Biology Letters encontraran que las mujeres con altos niveles de hormonas del estrés eran menos atractivas.

La meditación es un eliminador de estrés probado, pero no es el único. Regálate un masaje o una manicura y pedicura. El ejercicio físico también acaba con el estrés. Y lo manejarás mejor si estás bien descansado. Todos salimos ganando.

El protector solar que te pones cada día ayuda, pero no cuentes sólo con él. Desaparece a medida que avanza el día.

Para asegurarte de que estás totalmente protegido contra los rayos UV del sol, usa gafas de sol, cúbrete y busca la sombra cuando estés al aire libre, especialmente entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Hablamos de todo el año, sobre todo en altitudes elevadas y en superficies reflectantes como la nieve y el hielo, donde puedes recibir el doble de dosis de rayos UV.

No hay nada que envejezca más que los rayos ultravioleta, con el tiempo, rompen el colágeno, adelgazan la piel, crean manchas solares y vasos sanguíneos adicionales.

Las células de la piel cambian constantemente, pero a medida que envejecemos, y dependiendo del entorno, a veces necesitan ayuda para desprenderse por completo. Dale una ayuda a tu piel y exfóliala una o dos veces por semana.

Todo el mundo puede beneficiarse de usar una mascarilla facial una vez a la semana. Se trata de encontrar la más adecuada para tu piel.

Cepíllate el cabello antes de acostarte para fortalecer sus raíces. Dale un baño de agua jabonosa por la noche todos los días, sin embargo, asegúrate de no irte a dormir con el pelo mojado porque el pelo mojado aumenta las posibilidades de que se rompa.

Hazte la manicura en casa. Limpia el antiguo esmalte, da forma a las uñas de manera uniforme, retira las cutículas con suavidad y aplica tu esmalte favorito.

Nunca ignores tus cejas. Si te depilas y enhebras las cejas con regularidad, te darán un aspecto pulido y limpio y, por tanto, realzarán tu belleza natural.

Nunca te revientes los granos. No sólo te dejará cicatrices en la cara, sino que empeorará el grano y extenderá las bacterias a otros lugares, dando lugar a más granos.